Para los habitantes del corregimiento de Campeche, 23 años de lucha no han sido suficientes para ver solucionado el grave problema que, en la época invernal, deben enfrentar con el represamiento de las aguas lluvias.

Durante este tiempo, los administradores de turno se han dedicado a prometer…prometer… y prometer. Pero el problema sigue vigente sin que los Alcaldes de Baranoa, bajo cuya jurisdicción se encuentra el corregimiento, hayan tenido la más mínima voluntad para solucionarlo.

Por eso, no es de extrañar que durante el invierno, el aroma de las ciruelas sea reemplazado por los olores nauseabundos que emanan de las aguas estancadas.

A lo largo de su período, al actual Alcalde, Roberto Celedón Venegas, los campechanos se han dirigido de manera recurrente. Celedón no ha sido la excepción de quienes han prometido “cuanto antes” las obras de solución.

En una reunión con los afectados, prometió realizar los estudios correspondientes con el fin de presentarlos ante la Corporación Autónoma Regional (CRA). Incluso, se comprometió a buscar recursos propios del municipio en caso de no fructificarse la gestión con la CRA.

La realidad es que ni lo uno ni lo otro

El caso crítico se registra en la calle 7 entre carreras 14 y 15, barrio Santander. El 2 de junio de 2013, por ejemplo, los vecinos le dirigieron una de las tantas comunicaciones que han presentado ante la Administración Municipal.

“Para recordarle, nuevamente, nuestra problemática que es el represamiento de las aguas lluvias en dicha cuadra por falta de una canalización adecuada. Este problema lo tenemos (en 2013) hace más de 20 años y las administraciones municipales de Baranoa de esa época hasta el momento no han solucionado nada”, le dicen al Alcalde Celedón.

La preocupación es porque esta situación “ha provocado problemas de salud, deterioro de nuestras viviendas, en esta cuadra se encuentran dos hogares de madres comunitarias y tememos por las fuertes lluvias que se avecinan y los fuertes vientos que pueden producir la caída de los cables eléctricos a dicho represamiento, provocando una tragedia más grande”. El mayor riesgo se encuentra en la población infantil.

Además, sostienen que “nos sentimos excluidos, como si no fuéramos parte de esta población, ya que en ella se han llevado a cabo muchos proyectos y nosotros, que estamos pasando tanto trabajo y dificultades con este represamiento de aguas lluvias, nos han dejado por fuera y nos han dicho que hay un proyecto para la canalización de dichas aguas pero hasta el momento no se ha realizado”.

El propio Alcalde Roberto Celedón conoce la problemática porque, incluso, visitó el sector cuando resultó afectado por los fuertes vientos que destecharon numerosas viviendas, “y él nos dijo que nos iba a ayudar con la canalización y llegó la época de agua y seguimos con la misma problemática”.

La más reciente comunicación le fue entregada el 25 de agosto de este año, con un recibido firmado por Gastón Tesillo G., sin que hasta el momento hayan tenido una respuesta al respecto.

“Queremos acción, no destrucción”, puntualizan al advertir que el represamiento de aguas es de tal magnitud que las viviendas quedan inundadas, muchos enseres se destruyen y a los habitantes se les imposibilita su desplazamiento, a menos que sea en canoas.